Lo dijo .....

lunes, 24 de noviembre de 2008

Ximena Sariñana.

Independientemente del giro musical de la chava, canta muy bien y su música es muy buena.
Entre canciones dijo algo que para el momento psicológico actual, fue muy atinado. Más o menos, la idea principal fue no dejarse atiborrar de problemas y verse vencido por ellos, además de que mientras más vueltas le da uno a las cosas que nos lastiman o nos deprimen, más nos deprimimos por no dejarlas ir.
Pensando en las cosas creo que es lo mejor que se puede hacer, dejar ir las cosas, soltar la depresión y mejorar aquello que podemos hacer mal.
Dejar ir sin el reproche, sin malas cosas. Dejar ir y quizá, en un futuro lejano o cercano, disfrutar de aquello que nos hace felices.
De una u otra forma, el tiempo sigue su curso y lo único que podemos hacer es vivir; si quedamos caídos pensando en lo que dejamos de hacer entonces no hay ninguna retroalimentación y es entonces cuando todo ese dolor o mal rato pasó en balde.
Sólo el tiempo nos devolverá lo querido o apaciguará la pérdida.

Ausencia repentina, regreso insospechado.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Ha pasado tiempo desde la última vez que se ingresó a este blog. Ciertamente han pasado muchas cosas desde entonces, sin embargo es ahora cuando aflora un sentimiento de necesidad para escribir y expresar eso que me hace sentir.
Siendo algo así como una constante, la realidad primaria de la situación actual no fue, por mucho, algo deseado o planeado. Me lamento de varias cosas que pude hacer y no hice y aún más de cosas que hice y no fueron evaluadas de una mejor manera.
Supongo que en momentos como este, en que una persona se siente mal por la(s) cuestión(es) que sea(n) no queda más que reflexionar en lo hecho, lo vivido, lo otrogado y lo recibido y hacer una auto-evaluación de lo que pasó. Es tiempo de tregua y de reflexión, aunque definitivamente hay que tomar las cosas con madurez y resaltar la importancia de la autoestima y el cariño propio.
De entrada, reconocer el problema, asimilarlo y resolverlo. Por duro que sea el camino, uno debe dejar el miedo de lado y enfrentar las circunstancias, las culpas y/o responsabilidades en la medida de nuestras posibilidades. Siempre con la cara en alto, actúando con sobriedad y sobre todo con mucha honestidad y autorespeto.
Base fundamental para ello.